El informe «Electricity 2024: Analysis and Forecast to 2026» de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) presenta un análisis detallado y proyecciones sobre la demanda, suministro y emisiones del sector eléctrico hasta 2026. En Optim creamos este artículo con los puntos más importantes de este informe y extendemos un análisis relacionado al mercado argentino para comprender cómo impactan estos datos en las industrias y hogares argentinos.
Crecimiento de la Demanda Eléctrica Global
El informe de la IEA muestra como primer punto que la demanda mundial de electricidad registró un crecimiento del 2,2% en 2023, un aumento moderado en comparación con años anteriores. Sin embargo, se proyecta que esta demanda aumente a una tasa anual del 3,4% hasta 2026. Este crecimiento acelerado está siendo impulsado por varias fuerzas económicas y tecnológicas que transforman el paisaje energético global.
Impulsores del Crecimiento
Economías Emergentes:
- China: China ha sido uno de los principales motores del aumento de la demanda eléctrica. En 2023, la demanda de electricidad en China creció un 6,4%, impulsada por la expansión en los sectores de servicios e industrial, incluidos la manufactura de módulos fotovoltaicos y vehículos eléctricos. Aunque se espera que el crecimiento económico de China se desacelere ligeramente, la demanda de electricidad seguirá aumentando a medida que el país continúe su transición hacia una economía más electrificada y menos dependiente de la industria pesada.
- India: India está experimentando el crecimiento más rápido en demanda eléctrica entre las principales economías, con un aumento del 7% en 2023. Este crecimiento está sostenido por la rápida expansión económica y una mayor demanda de refrigeración. Se espera que la demanda eléctrica de India crezca en promedio un 6,5% anual hasta 2026, impulsada por el incremento en la propiedad de aires acondicionados y una mayor electrificación de diversos sectores.
- Sudeste Asiático: El Sudeste Asiático también está viendo un aumento significativo en la demanda de electricidad, con un crecimiento robusto impulsado por la actividad económica en expansión. Se proyecta que la demanda eléctrica en esta región aumente un 5% anual en promedio hasta 2026, apoyada por la industrialización y urbanización rápidas.
Comparación con Economías Avanzadas
En contraste, las economías avanzadas han experimentado una caída significativa en la demanda eléctrica. En 2023, estas economías enfrentaron un entorno macroeconómico desfavorable caracterizado por alta inflación y desaceleración en el sector manufacturero. La combinación de estos factores resultó en una disminución de la demanda de electricidad en regiones como la Unión Europea y Estados Unidos.
Factores Clave:
- Inflación y Desaceleración Económica: La inflación elevada ha erosionado el poder adquisitivo y ha reducido la actividad industrial en muchas economías avanzadas. Esto ha llevado a una menor producción industrial y, por lo tanto, a una reducción en el consumo de electricidad.
- Condiciones Climáticas Suaves: En algunos casos, las condiciones climáticas más suaves en comparación con años anteriores han reducido la necesidad de calefacción y refrigeración, contribuyendo a la disminución de la demanda eléctrica.
- Transición Energética: Aunque las economías avanzadas están liderando la transición hacia fuentes de energía renovables, el ritmo de electrificación de los sectores residencial y de transporte aún no es suficiente para compensar la caída en la demanda industrial.
Proyecciones Futuras
Se espera que las economías emergentes continúen liderando el crecimiento de la demanda eléctrica global, representando el 85% del aumento adicional hasta 2026. Este crecimiento será crucial para satisfacer las necesidades energéticas de sus poblaciones en expansión y para apoyar el desarrollo económico continuo. En particular, la electrificación de sectores clave y el aumento en la adopción de tecnologías como los vehículos eléctricos y los sistemas de refrigeración desempeñarán un papel vital en este crecimiento.
La Importancia de las Energías Renovables
Las fuentes de energía de bajas emisiones, incluidas las energías renovables y la energía nuclear, están programadas para cubrir todo el crecimiento de la demanda global hasta 2026. Se espera que las energías renovables superen al carbón como la mayor fuente de suministro eléctrico global para 2025, con una participación que aumentará del 30% en 2023 al 37% en 2026. Este crecimiento está respaldado por la expansión de la energía solar fotovoltaica.
En Argentina, la transición hacia la sostenibilidad por parte de las industrias se da de manera lenta pero continua, a medida que avanzan en tratamientos sostenibles de residuos y el reciclaje; el reemplazo de iluminación por LEDs y otras estrategias de base, a la espera de una llegada a nuestro mercado de tecnologías verdes más económicas.
La Electrificación y su Impacto
La electrificación de los sectores residencial y de transporte está tomando un papel central en la transformación energética de las economías avanzadas. A medida que más hogares adoptan electrodomésticos eléctricos eficientes y sistemas de calefacción y refrigeración eléctricos, la demanda de electricidad en el sector residencial está en constante aumento. De manera similar, la transición hacia vehículos eléctricos está generando una demanda significativa de infraestructura de carga y, por ende, un aumento en el consumo eléctrico. Esta electrificación no solo contribuye a la reducción de emisiones de carbono, sino que también promueve la independencia energética al disminuir la dependencia de combustibles fósiles.
Además del sector residencial y de transporte, el crecimiento exponencial del sector de centros de datos está desempeñando un papel crucial en el aumento de la demanda eléctrica. Los centros de datos son fundamentales para la economía digital moderna, proporcionando la infraestructura necesaria para servicios en la nube, almacenamiento de datos y operaciones de TI. Con el auge de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT), la necesidad de capacidades de procesamiento y almacenamiento de datos está creciendo rápidamente. Esta expansión de los centros de datos no solo impulsa la demanda de electricidad, sino que también subraya la importancia de desarrollar soluciones energéticas sostenibles para soportar este crecimiento.
Se prevé que el consumo de electricidad en los centros de datos y sectores relacionados con la inteligencia artificial y las criptomonedas podría duplicarse para 2026. Este aumento proyectado alcanzaría niveles de consumo comparables a los de Japón, uno de los mayores consumidores de electricidad del mundo. La minería de criptomonedas, en particular, requiere una cantidad significativa de poder computacional y, por ende, un alto consumo energético. A medida que estas industrias continúan expandiéndose, es crucial implementar medidas para mejorar la eficiencia energética y aprovechar fuentes de energía renovable. Esto no solo ayudará a mitigar el impacto ambiental, sino que también asegurará un suministro energético estable y sostenible para soportar el crecimiento tecnológico continuo.
Reducción de Emisiones de CO2
Las emisiones globales de CO2 del sector eléctrico están entrando en un declive estructural debido a la rápida expansión de las fuentes de energía limpia. Se espera una caída de más del 2% en 2024, seguida de pequeños descensos en 2025 y 2026. La intensidad de CO2 de la generación eléctrica global disminuirá a un ritmo dos veces mayor que en el periodo prepandémico, contribuyendo significativamente a la descarbonización.
Precios de la Electricidad y Generación Hidroeléctrica
Los precios mayoristas de la electricidad en muchas regiones cayeron en 2023 desde los máximos históricos de 2022, aunque siguen siendo más altos que los niveles prepandémicos. En Europa, los precios disminuyeron en promedio más del 50% en 2023 en comparación con 2022, pero aún eran aproximadamente el doble de los niveles de 2019. Esta tendencia refleja la volatilidad en los precios de los combustibles fósiles y las incertidumbres en la recuperación de la capacidad nuclear de Francia.
En Argentina, los aumentos de precios en energía han sido de gran relevancia para las industrias y los particulares, variando según la región, pero superando el 100% en muchos casos.
Como estrategia para reducir los costos, se ha avanzado en la generación hidroeléctrica, pero la producción global disminuyó en 2023 debido a eventos climáticos como sequías y precipitaciones por debajo del promedio. Esta disminución afectó a países como Canadá, China, India y Estados Unidos, subrayando la vulnerabilidad de la energía hidroeléctrica a las condiciones climáticas. Diversificar las fuentes de energía y fortalecer las interconexiones regionales será crucial para mejorar la resiliencia del suministro eléctrico en América del Sur para la proyección 2024-26.
Vulnerabilidad de las Industrias Intensivas en Energía
Las industrias intensivas en energía en la Unión Europea, como las de metales y productos químicos, enfrentan una vulnerabilidad significativa ante los shocks de precios de energía. Estas industrias dependen en gran medida de un suministro constante y económico de energía para mantener sus operaciones. Durante 2022 y 2023, los precios de la energía experimentaron una volatilidad extrema, lo que llevó a muchas empresas a reducir la producción o incluso cerrar temporalmente. Aunque los precios de la energía se estabilizaron en 2023, las secuelas de los aumentos de costos persisten, afectando negativamente los márgenes de ganancia de estas industrias. La capacidad de estas empresas para recuperarse y mantenerse competitivas en el mercado global depende en gran medida de su habilidad para gestionar estos costos energéticos de manera eficiente.
La competitividad de las industrias intensivas en energía en la Unión Europea está estrechamente ligada a las políticas y medidas que se implementen para mitigar el impacto de los altos costos energéticos. Los gobiernos y organismos reguladores están bajo presión para desarrollar estrategias que alivien la carga financiera sobre estas industrias, ya sea mediante subsidios, exenciones fiscales, o inversiones en tecnologías de energía más eficientes y renovables. La adopción de medidas como contratos de largo plazo para el suministro de energía a precios estables y la incentivación de prácticas de eficiencia energética son cruciales. Sin estas intervenciones, muchas de estas industrias podrían perder competitividad frente a sus contrapartes internacionales, que operan en regiones con costos energéticos más bajos. La sostenibilidad y viabilidad a largo plazo de estos sectores industriales dependerán de la capacidad de la Unión Europea para equilibrar los costos energéticos con la necesidad de mantener un sector manufacturero robusto y competitivo.
Mercado Eléctrico Argentino
El informe de la IEA sobre las tendencias y proyecciones del mercado eléctrico mundial de 2024 a 2026 tiene implicaciones significativas para el mercado eléctrico argentino. Argentina, como miembro asociado de la IEA, está inmersa en un contexto de transición energética donde la adopción de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética son prioridades. El crecimiento proyectado de la demanda eléctrica mundial, impulsado principalmente por economías emergentes como China e India, ofrece lecciones valiosas para Argentina. La necesidad de electrificar sectores clave, como el residencial y el transporte, y de expandir la infraestructura de centros de datos, es un camino que Argentina también debe seguir para sostener su desarrollo económico y tecnológico. La experiencia de otras regiones muestra la importancia de políticas sólidas y de incentivos para la adopción de tecnologías limpias y eficientes.
En el contexto geopolítico de 2024, Argentina enfrenta desafíos similares a los de la Unión Europea en cuanto a la vulnerabilidad de sus industrias intensivas en energía frente a los shocks de precios energéticos. La estabilidad económica y la competitividad de sectores industriales clave, como los de metales y productos químicos, dependen en gran medida de políticas que mitiguen los costos energéticos. La volatilidad en los precios de la energía, exacerbada por fluctuaciones en el mercado global y desafíos internos, requiere una estrategia nacional robusta. Las políticas energéticas deben centrarse en la diversificación de fuentes, la inversión en infraestructuras de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética. Además, la adopción de medidas que aseguren precios estables y competitivos para la energía es crucial para mantener la competitividad industrial de Argentina en el escenario global.